Intercambiaron una sonrisa fatalista y se separaron, avergonzados. Avergonzados y aliviados.
domingo, 23 de mayo de 2010
Voces apasibles....
Lejanos vientos, presurosos lobos conjunto de aullidos se fucionan con el jadeande resoplar inmenso continuo. Parace que que el espacio se envolviera, tachado de lirios interrumpidos por el unisono fugaz de momentos transgredidos. El infinito oscuro descenso, sobre el basto desierto del pecho expuesto, flota un vago efecto como de arcada de supremo desamparo, profundo y sombrio desaliento. solitarias ojas cayendo en un fondo de brumas de hielo como languidos esqueletos entre vestiduras individuales del cielo y la tierra surge como una caricia el helado crepúsculo de invierno dejando entrever un ilusorio solsticio.
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