jueves, 1 de julio de 2010

Auxilio Congelado

Abrió la puerta, salían dos mujeres. Pero las detuvo e hizo que entraran, se quedo solo y rápidamente puso el seguro. Cuando  alcanzo a ver tres hombres acercándonos. Había una voz líder que ordenaba llamar a alguien más. Sintió un frió canguelo que se descolgaba de su existencialidad. Omitió la orden rotundamente, no quería que ese miedo envolvente lo hiciera con los demás.  De esa puerta, la reja, las llaves ya estaba seguro que estaban totalmente abstrusas. Respiro tranquilo un segundo, pero en otro momento insistían entrar de nuevo con el habla ausente eran los oídos frágiles temerosos querían huir a un sitio remoto para alejarsen, no podían soportar esa intensa degradación, pero sobre todo irse de la voz que se resaltaba más. Sintió la misma penumbra escanear cada parte del cuerpo, al frente de un cuerpo angular, casi seguro estaba que había cerrado. Un reflejo de la muerte dejo verse por el ojo derecho acechando... No podía comprender, toco la puerta, el vidrio translúcido y de nuevo los cerrojos. ¿Que injusticia le acorralaba? No sabia que vendría, no lo supo... Logro mantener la llave oculta y los pasadores estaban con seguro. Ese corazón dividiendose estaba, cuando se disponía abandonar la puerta de tres pasos achicándose con esa forma de miedo materializado, "ahí estaba ese cuerpo dueño de frías palabras, la voz perdida nauceabunda no se disponía hablar. De igual forma la ruta del sonido estaba ya en distorsión total de infortunio, la respiración agonizaba y las manos en movimientos continuos era lo único que se podía tocar y acompañar, "las manos acariciándose al borde de un colapso cuando esa voz empezaba ya arraigada a cosas que iban en contra de su existencialidad. Se preguntaba; ¿De que lado estaba? ¿Donde se encontraba? ¿Acaso eso se siente cuando se ésta en medio del bien y del mal? ¿Y el trisquel?... Cada parte temía tanto, que querían alejasen por lados diferentes y dejarlo completamente solo en un soliloquió devastador que cortaba espacios truncados, no entendía tal manipulación por una  mente initeligible. Cada órgano le palpitaba como si existieran en cada uno, un corazón dentro de ellos impactando así las palpitaciones individuales que parecían formar la opera más descendente de un momento sin anunciar, un tiempo robado por extrañezas. ¿Porque sentía incomprensibles destrucciones rebotar de un lado a otro?. Esto le acorralaba y obligaba abandonar la autonomía llevándole a un precipicio del que alguna vez se había preguntado como era "ese estado". Hilos traspasaban  locomoción meditabunta. Y sentía un querer llorar por primera vez en todo lo que implicaba linsojero liquido entonces. Vació estaba, transido limpio de pasados y futuros y sin embargo allí se encontraba en un elixir desopilante en contra de él mismo....

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