viernes, 3 de septiembre de 2010

Los Muertos

Intensamente miré
sus caras abandonadas
en el momento de la muerte y mientras
vendaba sus quijadas flojas y enderezaba
sus miembros flácidos de cera y ponía tapones
de algodón en los orifícios,
pero nunca aprendí nada nuevo, solamente que
algo así como una música, aunque hubiera sido estridente,
que nos había unido, aunque flojamente,
había cesado, y en su lugar estaba
un pesado, espeso silencio.

Denise Levertov
UK/US

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