Sus danzas calcinan huesos...
En sus silencios extenuados sucumbe mi equilibrio de tres pies agonizantes...
No habla entonces, y debo aprender a escuchar con los ojos y dejar detenerlo con el movimiento de los parpados.. (Me siento roto)No sabré cuanto tiempo los tendré cerrados, ni tampoco cuanto vivaces se manifiesten las pupilas dilatas anacronicas.
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