lunes, 9 de agosto de 2010

«Dale vueltas a la piedra muy despacio, mi pequeña Camille... ¡Huy, mucho más despacio! ¡Y más tiempo! Tal vez doscientas veces, al hacerlo flexibilizas la muñeca y preparas tu espíritu para grandes cosas... No pienses ya en nada, ¡no me mires, ni se te ocurra! Concéntrate en tu muñeca, ella te dictará el primer trazo, y sólo el primer trazo importa, es el que dará vida a tu dibujo...»

No hay comentarios:

Publicar un comentario