viernes, 25 de junio de 2010

Anfractuoso y yo languida...

Deja el rostro en un lado, logra desprenderlo de algún modo en infinitos despliegues. Ah! por cierto un día lo dejo en el  mueble, ese día parecía hablar solo...No supe a quien se dirigía, apenas dio un vistazo a mi pelo y luego siguió allí... Continuadamente concentrado en aquello que llamaba su atención. Quería descubrir los relámpagos que salían de su vista, así que me aleje y me escondí: Callada sutilmente encogí mis rodillas y hasta el piso era extraño ese día, con cada minuto que pasaba mis rodillas se congelaban como si estuviera en la nieve que no conozco. ¡No importaba! de todos modos hasta el mismo sigilo ahuyentado quería ser cómplice y dedicarle más tiempo a la acusada curiosidad. Detalle como en ésta vez las partes de su rostro estaban completas, porque siempre le dejaba faltando algo, a veces la nariz, las mejillas pero eso si, nunca dejaba su boca y ese gran día si lo hizo yo estaba maravillada de estar en ese lugar en ese  mágico instante donde podría haber descubierto algo, o quizás ser parte de ese suceso. Note que esos labios jamás habían hablado y solo notas calladas dibujaban ausencias y silencios fríos. En un momento cree una escena donde armaba un estropicio de ideas que se chocaban incandescentes dispersadas en fluidos pensamientos a la espectativa rota. Por estar tan ansiosa me perdí un momento y luego encuentro después de más de una hora un nuevo rostro lo desconocí más que antes en un estado transido consumido en un desden disipado en el aire. De repente mi gato se aparece pero me hizo confundir porque me hablo una parte de mi que desconocia y otra vez perdi mi objetivo de espiar ahora él me robo su atensión, queria explicarme cual era esa parte que obnibula escapandose de mi Así lo hizo y lo ha hecho este ser anfractuoso. No revela nada nunca, solo deja hallazgos, herencias a quien sabe concebirlas como tal.

No hay comentarios:

Publicar un comentario