lunes, 21 de junio de 2010

Bizarro, bizarro

Como un bizarro cósmico,
impacta la curiosidad sigilosa en la
dirección de las miradas. Se produce
fuego en cada parpadeó...
Mirarse sin querer, sin atar?
es una pregunta constante.
No tiene respuesta, pero
se concibe una nueva existencia
que se torna inherente por lograr
ser tan sutil, dulcemente eterna
y en una extensión cómplice
de cada latir inimaginado.
Dos silencios que interpretan
su propio idioma individual...
Dos silencios silenciosos que
guardan magnetismo,
que aguardan sin romper
ese mismo estado que
que arma y calma la
llamada libertad invertida
y vaciada en un momento
vacio que regalo el tiempo.
Porque se convertian en invisibles
y existian en una constelación
que padecia una espera continua
para poder lograr refugiar
a dos silencios.

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