jueves, 10 de junio de 2010

Siempre

Hablaba de aquella niña y su dulce ingenuidad.
Hablaba como se habla siempre
de la niña que quería ser mujer.
De cada hazaña con el pasar de individuales años,
de la escuela y aquel grado.
Del príncipe que un día se presento
en tu vida de la nada y que solo veías
 tu como querías por ser la dueña
de un gran corazón trotamundos...
Recordaba lo que solemos pensar de lo prohibido,
de las maromas que hacemos para obtenerlos
y sobre todo de los tuyos; las mentiras a mamá,
sus escapes con el corazón palpitante de emoción
que atravesaba las ventanas en busca
de un momento infinitamente afable.
Y es allí donde obtienes un poco de "poder"
extinguiendo de tu universo el pasado
y el futuro, todo por un beso que quiciste
 atrapara tu boca.
Hablo de esos labios que toman vida
propia al elegir, el capaz de aquella
danza decidida a vivir.... Los únicos
labios existentes son los tuyos y los otros
que quiera,  existiran porque tu provocas
ese elixir momentáneo de fragilidad.
Hablaba de las veces que caminabas
tanto, olvidando lo despacio entre cada paso,
 luego ibas corriendo hacia aquella ruta
de vuelta a casa y al fin de cada día tirada
en la cama imaginando figuras
en el cielos raso de aquel cuarto
donde se llenaba de sueños cada día,
de preguntas constantes, esperanzas,
lágrimas silenciosas y secretos
rebotantes, de esos que te dan
tanta felicidad que dibujan
sonrisas en tu soledad.

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